En 1977, con la aparición de la Guerra de las Galaxias, hubo un punto de inflexión en el mundo de la ciencia ficción. Si os fijáis, la historia en sí no es especialmente original: un chico huérfano, que vive una vida anodina pero que aspira a más, que sigue todas las manidas etapas del llamado Camino del Héroe, que yo mismo he utilizado en mis novelas de Universo Luminion, con la que la Guerra de las Galaxias guarda algunas pequeñas similitudes (¿un chico normal y corriente con poderes que no sabe controlar? ¿os suena?).
Sin embargo, fue la combinación de varios factores (unos efectos visuales nunca vistos, además de la capacidad de hacer un argumento original a pesar de usar los elementos de siempre) lo que la catapultó a la fama. Posteriormente, en 1980 y 1983 salieron las otras dos películas de la saga y la cosa se quedó ahí durante mucho tiempo, hasta que, dieciséis años después, llegó el Episodio I.
No estoy contando nada que no sepáis. Que luego a ese episodio le siguió el II y el III, y que hace apenas siete meses, es decir, diez años después de la última entrega, apareció la esperadísima nueva película de este maravilloso universo: El Despertar de la Fuerza.
Sin embargo, puede parecer que entre la primera trilogía y la segunda el universo Star Wars haya estado muerto (quince largos años, sin contar con las «reposiciones» de las pelis originales), algo completamente equivocado, ya que durante esos años se escribieron decenas de libros y tebeos (luego llegaron los videojuegos) ambientados en nuestra galaxia muy muy lejana favorita. Se trata del UNIVERSO EXPANDIDO.
¿Que qué es el universo expandido de Star Wars?
Según la Wikipedia: «El universo expandido de Star Wars es una colección de orígenes, materiales, historias, etc., del universo de Star Wars que se derivan de novelas, cómics, videojuegos, series de televisión y otros medios (sin contar con las películas, sus adaptaciones escritas y radiofónicas). El Universo Expandido de Star Wars nunca fue considerado canónico por Lucasfilm».
Pues bien, durante las siguientes entradas os voy a sumergir en el universo Star Wars de una manera tal que os vais a maravillar de lo que vamos a encontrar: un material extraordinario y, por desgracia, poco conocido.
Así, antes de entrar en harina, me gustaría relataros mis principios con Star Wars, que supongo que habrán sido también los vuestros:
Mi primer recuerdo de algo relacionado con Star Wars es claro. Estamos en 1985. Yo tengo seis años y estoy en el patio de mi colegio, el Luis Revest. Tengo en mi mano un simpático muñeco: se trata de una figurita de unos diez centímetros; es un tipo todo de negro, con una máscara también negra, y una capa a juego.
Ese muñeco me lo han dado mis padres, junto con otros muñecos y varias naves de diferentes formas y colores, regalo de mis primos. Ellos, como se han hecho mayores, ya no las quieren, así que nos los han dado a nosotros. Los muñecos se nota que han sido usados, y a las naves les faltan algunas piezas, pero a nosotros nos da igual.

Esta foto no es mía, pero este muñeco también lo tenía, junto con la moto.
El siguiente recuerdo es en el salón de mi casa. Si no recuerdo mal, los sábados echaban por tele unas series peculiares, que iban alternándose por semanas. Una se llamaba Ewoks, y la otra Androides. La de androides no me gustaba mucho, pero la de los Ewoks tenía su gracia.
Todavía hoy recuerdo cómo empezaba la canción: «Somos los E-e-e-e-e-woks, en el bosque nos encontrarás…». Echando mano de youtube la he localizado, aquí la tenéis.
Luego me enteraría que la serie Ewoks narraba las aventuras de esos personajes antes de que llegaran a su mundo el Imperio Galáctico.
En cuanto a la serie Androides, narraba la historia de los dos androides más famosos de la galaxia: R2D2 y C3PO, antes de acabar en la nave de Leia en el episodio IV.
Otro recuerdo: con nueve años en casa de mi amigo Marcos, el mejor amigo que tuve en la infancia, hasta que se fue con sus padres a vivir a América tres o cuatro años después. La tele en su casa está puesta y están viendo una peli en vídeo VHS. Hay un tipo que vuela con una moto que no tiene ruedas, perseguido por otro con motos similares, por un bosque de árboles altísimos con troncos muy anchos. Hay una especie de hombrecitos que parecen osos de peluche (y que no asocié con los de la serie de dibujos). Me quedo a ver cómo sigue la película y me gusta mucho.
A partir de ahí, no tardé en enterarme de que había algo llamado Star Wars y era la leche.
Las películas las ví decenas de veces en la tele, además de ir a verlas cuando las sacaron en el cine mejoradas.
En eso no me distingo de otros cientos cientos de miles de millones de personas en el planeta, salvo que, en el instituto, con dieciséis años, un gran amigo mío me abrió las puertas al increíble y sumergido universo expandido.
En unos días, más.
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